***Escuchar el SONIDO DE CAMPANA LLAMANDO A CLASES ***
Emilio Nuñez
Con la autorización del Consejo de Educación Chaco se procedió al traslado del Monolito que estaba al lado del tradicional algarrobo en la escuela vieja, y el busto del Gral.San Martín y Doña Juana Chera.
Esta Nota he recibido por Correo gmail dos días antes de la Celebración de los 88 Años de la Escuela:
Gilda Barrague
Sáb 12/05/2018, 03:03 PM
Estimado Oscar:
Soy Ermenegilda
"Gilda" Benitez, una hija de ese pueblo, y más aun de la vieja
Escuelita. Me permite pedirte si es posible, por su intermedio hacer llegar mi
humilde homenaje a nuestra querida Escuela. Le dejo a continuación-
Desde ya muchas
gracias y quedo a su disposición para cualquier tema que podamos compartir, Mi
hermano Agustín (seguramente te recuerda mas que yo por razones de edad).
Le saludo con cariño
de Compoblano Escondidense.
HOMENAJE A MI ESCUELA
Con motivo del 88 aniversario de mi (nuestra) escuela, nro
176 Ramón R. Barrientos, a conmemorarse el día 14 de Mayo y gracias a un
queridísimo hermano del alma, o quizás la calificación mejor a aplicar sería la
de Amigo del alma, ya que esto es un sentimiento que une, no por lazos de
sangre ni parentesco alguno. Decía, este amigo me ha hecho llegar una tarjeta
donde se lee "88 años enseñando y dejando huellas en la vida de
personas".
Paso a identificarme Ermenegilda Benitez y como tal, soy uno
de tantos o pocos agradecidos que quedamos, quizás, cuya identificación se da
justamente por la "huella" que esta escuelita dejó en mi vida.
Mi historia no se diferencia mucho de otras pero si mis
sentimientos. Doy gracias a Dios por haberme permitido llegar a esta edad, tres
años menos que mi escuela (perdón, nuestra escuela) y poder morirme con la
satisfacción de saber que no todo esta perdido; que allá, en mi pueblo, aun
quedan personas agradecidas, que en lugar de "derribar", apuntalan.
Mi agradecimiento a ellos que lograron esta tarjeta tan
"tocante", al menos para mí. Seguramente otro u otros hijos
agradecidos.
A la distancia, y tratando de ser lo más breve posible, pido
me permitan rendir mi pequeño, pero sentido y sincero homenaje mientras pasan
por mi mente como una película, mis 7 años de vivencias por esas galerías,
aulas, etc.
Comencé mi primero inferior en la primer aula del segundo
edificio que se construyo, que contaba de 3 aulas.
Recuerdo que mis primeras maestras fueron mas o menos en
este orden: Pety, Ñata, Susana (alta y delgada), Rosalía Castro de Leyes,
Noelia Catalina Belbey, Paulina Garvía (una de las mas dulces sonrisas), señor
Aracama, y la frutilla del postre señorita Alicia Escoms (Retratada muy bien
por mi admirado señor Luis Landriscina). El sexto grado lo hice en la
construcción separada de las otras, era un edificio, creo, de mayor antigüedad.
Constaba con una pequeña galería donde el portero (Vicente Sambrano) preparaba
el mate cocido, no en una hoya; el recipiente era un tacho o barril de metal
cortado por la mitad, muy limpio. Con un cucharón llenaba nuestras tazas y nos
entregaba junto a una galleta que extraía de una bolsa que estaba junto al
bracero que sostenía el tacho. ¡Qué recuerdos!
Anécdotas para contar tengo pero no lo haré, sí nombraré a
mis últimos condiscípulos; quizás alguien de ellos me recuerde. En primer banco
Delia Vilaqui, en segundo Delia Benitez y yo, en el tercer banco Ana María
Gonzales y Yolanda Herrera, luego Margarita Vivero y Herminia Ramirez López.
Fila de varones, Melber y Roberto Orejón, Santiago Verón y Kaplán, Rodolfo
Orejón y Verón mayor, Zoilo Benitez y alguien a quien llamábamos viruta
(perdón, no recuerdo su nombre).
No puedo dejar de mencionar al viejo algarrobo que nos
protegía del sol y bajo cuyas ramas como tendidos brazos de una madre se veía
todas las navidades el árbol navideño adornado con regalos que la Cia.
Noetinger-Lepetit enviaban para nosotros, los hijos de quienes con ellos
hicieron el pueblo.
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